¿A qué juegan los niños en Laos, Gabón
o Bután? ¿Qué plato típico preparan en Afganistán o en Burundi? ¿Qué
festividades celebran en Etiopía, Grecia o Lesoto? ¿Qué lenguas se hablan en
las Islas Mauricio o en Singapur? ¿Qué gestos debemos evitar en una
conversación con un nipón o un tailandés para no causar malentendidos?
En este espacio intentaré aprender
y compartir con los lectores datos y curiosidades sobre las distintas culturas
del mundo. La antropología y la geografía me resultan ciencias apasionantes (y debo
admitir que más aún desde que descubrí ciertos juegos en línea cuyo objetivo es
situar, en un tiempo limitado, los países de cada continente… aunque ese es
otro tema del que quizás hablaré más adelante). Como iba diciendo, este blog ha
nacido de mi interés por los pueblos con los que compartimos nuestro planeta y
cuyos modos de vida ignoramos.
Existen multitud de lugares que
nos son completamente desconocidos: a muchos de nosotros nos costaría situar territorios
como Kiribati, Micronesia o Palaos en el globo terráqueo; no obstante, la
cuestión no termina ahí. Más allá de conocer su existencia, e incluso situación
geográfica, ¿qué sabemos de sus culturas? ¿Qué información nos llega de estas
regiones, además de las tragedias que narran los periódicos y telediarios
cuando se producen guerras o catástrofes naturales?
A día de hoy, en el mundo existen
194 países y en torno a 7000 lenguas (en constante disminución, pues cada
quince días una de ellas desaparece), sin contar con los numerosos pueblos y
regiones existentes dentro de cada estado. Esto tiene que dar lugar a una vasta
cantidad de culturas, tradiciones, creencias y hábitos cuya existencia e
idiosincrasia desconocemos.
Todas y cada una de las culturas que
nos rodean son fascinantes. El conocimiento de estas nos permite no solo
aprender, sino también comprender. Conocer gentes y estilos de vida que
difieren de los nuestros nos ayuda a librarnos de prejuicios y a abrir nuestra
mente, a entender el mundo, las personas y relaciones sociales desde nuevas
perspectivas.
¿Y qué mejor manera de descubrir lo
anterior que mediante las personas que habitan esas tierras, hablan sus lenguas,
conocen sus costumbres y celebran sus fiestas? Conocer a gente procedente de
distintos rincones del planeta me ha llevado a desarrollar una gran curiosidad
por entender sus orígenes y saber más a través de sus relatos.
No me enrollaré mucho más en esta
primera entrada, aunque me gustaría, antes de acabar, explicar el por qué del
nombre del blog. Se me ocurrió bautizarlo como realia ya que es una palabra que creo que evocará, para muchos, el
significado de «realidad», dada su similitud morfológica. Efectivamente, no van
desencaminados, ya que la intención es transmitir realidades que nos son ajenas
de pueblos lejanos (o no tan lejanos). Sin embargo, el término realia posee, dentro de la lingüística,
un significado más específico que he creído que encajaba a la perfección con la
temática del blog: aquellas palabras de una lengua que designan elementos propios
de la cultura en la que se habla y que, por tanto, no poseen equivalencia en
otros idiomas, son lo que se conoce como realia.
Todas las lenguas constan de este tipo de vocablos.
Para aquellos que no lo acaben de ver claro, seguramente les resultará mucho más comprensible con algún ejemplo: cuando en castellano hablamos de «tapas», se trata de un término que no podemos trasladar a otras lenguas, puesto que es un concepto inexistente en otras sociedades y, por tanto, en la lengua en la que se expresan. Otro ejemplo, también bastante apetitoso, pero esta vez a la inversa: los crêpes que comemos gracias a nuestros vecinos del norte son un alimento típico del país que carece de traducción en castellano, puesto que no existen en nuestra gastronomía.
Por último, me veo en la obligación
de hacer una pequeña aclaración para los más puristas del lenguaje clásico
antes de verme atacada en caso de que alguno se tope con este blog: en efecto,
«realia» es un término en latín, lo
que quiere decir que se trata de un plural neutro. Teniendo en cuenta lo
anterior, el significado de «realia»
es «cosas reales», y su singular sería «realis».
Por consiguiente, la dirección web del blog, «realias»,
no sería más que una aberración lingüística y una herejía a ojos de los
estudiosos de la lengua de Julio César. No obstante, y a pesar de que a muchos
seguirá sin convencerles la opción, argumentaré dos cosas en mi defensa, y es
que:
1) la
página con el nombre realia.blogspot.com ya existía
y
2) realis tenía menos gancho.
Ahora sí que sí, finaliza lo que pretendía ser una breve introducción para dar paso a este nuevo blog. ¡Espero que lo disfrutéis!
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